La deuda pública es el total de dinero que un gobierno debe a sus acreedores. Los acreedores pueden ser inversores institucionales, como bancos y fondos de inversión, o personas individuales que han comprado bonos del gobierno.
Los gobiernos recurren a la emisión de deuda para financiar sus gastos, ya sea para financiar proyectos de infraestructura, reducir el déficit presupuestario o pagar gastos corrientes.
La deuda pública se divide en dos categorías: la deuda interna y la deuda externa. La deuda interna es la deuda que un gobierno contrae con sus ciudadanos y entidades dentro del país, mientras que la deuda externa es la deuda que un gobierno contrae con acreedores extranjeros.
La deuda pública se mide como un porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto) de un país, y se utiliza para medir la capacidad del gobierno para pagar sus deudas. Un alto nivel de deuda pública puede indicar un riesgo fiscal y financiero, y puede tener un impacto negativo en la economía del país. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que un nivel moderado de deuda puede ser necesario para financiar proyectos importantes y mantener la estabilidad económica.