Pignorar es el proceso de presentar un activo como garantía para obtener un préstamo o un crédito, es decir, entregar un activo como garantía, similar a un aval, pero al pignorar un activo este no puede ser usado.
Cuando se pignora un activo, se está permitiendo que un acreedor o prestamista tome posesión temporal del activo en cuestión hasta que el prestatario cumpla con sus obligaciones financieras, como el pago de un préstamo. Si el prestatario no cumple con sus obligaciones, el acreedor puede vender el activo pignorado para recuperar el dinero prestado.
Los activos que a menudo se pueden pignorar incluyen bienes inmuebles, joyas, acciones, bonos y otros bienes de valor. El proceso de pignoración puede ser complejo y requiere una evaluación cuidadosa de los costos y riesgos asociados, así como una comprensión clara de las obligaciones y responsabilidades del prestatario y el acreedor.
Las ventajas de pignorar un activo son:
- Permite conseguir entre el 60% y el 80% del valor de activo pignorado.
- Ofrecen intereses más bajos en comparación con los préstamos personales (1% – 5% TAE).
- El plazo de reembolso suele ser de entre 1 y 8 años, similar al resto de créditos.
Inconvenientes:
- El dinero o activo puesto como garantía se quedará retenido hasta terminar de reembolsar el crédito y no podrá ser utilizado.