La liquidez es una medida de la capacidad de un activo para ser vendido o convertido rápidamente en efectivo sin afectar significativamente su valor. Un activo con alta liquidez es fácil de vender, mientras que un activo con baja liquidez es más difícil de vender.
En el contexto de las empresas, la liquidez se refiere a la capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones financieras a corto plazo. Por ejemplo, si una empresa tiene una gran cantidad de efectivo y otros activos líquidos, es más probable que pueda hacer frente a sus obligaciones financieras, como los pagos a proveedores o el servicio de la deuda.