La junta de acreedores es una reunión convocada por una empresa que se encuentra en situación de insolvencia, con el fin de negociar un acuerdo con sus acreedores para la reestructuración de su deuda. Durante la junta, los acreedores de la empresa discuten y votan sobre el plan de reorganización propuesto.
La junta de acreedores se lleva a cabo después de que la empresa ha declarado la insolvencia, y se realiza bajo la supervisión de un administrador o síndico, que es un tercero designado por el tribunal para supervisar el proceso de insolvencia.
En general, la junta de acreedores es una oportunidad para que los acreedores de una empresa participen en el proceso de reestructuración y tengan voz y voto en la toma de decisiones. La junta puede decidir, por ejemplo, aceptar o rechazar el plan de reorganización propuesto por la empresa o proponer su propio plan alternativo. También puede decidir sobre la venta de activos o la liquidación de la empresa.
Es importante destacar que las leyes y regulaciones en torno a la junta de acreedores varían según el país y la jurisdicción. En algunos lugares, la junta de acreedores se utiliza principalmente en situaciones de bancarrota, mientras que en otros puede ser una herramienta para la reestructuración de la deuda de una empresa en dificultades financieras.