Las hipotecas subprime son préstamos hipotecarios que se otorgan a personas con historial crediticio pobre o con ingresos bajos. Estos préstamos suelen tener tasas de interés más altas que las hipotecas convencionales para compensar el riesgo adicional que supone prestar a personas con menor capacidad de pago.
La crisis financiera global de 2008 se originó en gran medida en el mercado de hipotecas subprime de los Estados Unidos. Durante los años previos a la crisis, muchos prestamistas habían otorgado hipotecas subprime a personas con historial crediticio pobre o con ingresos bajos. Muchos de estos préstamos fueron concedidos con términos laxos, como bajos pagos iniciales y tasas de interés que aumentaban con el tiempo. Esto permitió a muchas personas obtener hipotecas que no podrían permitirse de otra manera.
Cuando los precios de la vivienda comenzaron a caer en 2007, muchos propietarios con préstamos subprime se encontraron con problemas para hacer sus pagos. Como resultado, el número de ejecuciones hipotecarias aumentó y los precios de la vivienda continuaron cayendo. Esto provocó una cascada de pérdidas en el mercado de hipotecas subprime y en otros mercados financieros, lo que finalmente llevó a la crisis financiera global de 2008.
Desde entonces, las regulaciones financieras se han endurecido para evitar que se vuelva a dar una situación similar, y se establecieron medidas para garantizar que los prestatarios cumplan con los requisitos para obtener un préstamo, y para garantizar que los préstamos no sean excesivamente arriesgados.