El IVA (Impuesto al Valor Añadido) es un impuesto indirecto que se aplica a la mayoría de las transacciones comerciales en muchos países. Se calcula como un porcentaje del precio de venta de un bien o servicio y se agrega al precio final que paga el comprador. El IVA se recauda en cada etapa de la producción y distribución de un bien o servicio, pero solo el consumidor final es responsable de pagar el impuesto al vendedor.
El objetivo principal del IVA es recaudar impuestos para el gobierno, pero también tiene el efecto de aumentar el precio de los bienes y servicios para el consumidor. El porcentaje de IVA varía dependiendo del país, pero suele estar entre el 10% y el 25%.
En España, el IVA es un impuesto que se aplica a la mayoría de las transacciones comerciales y está regulado por la Ley del Impuesto sobre el Valor Añadido (LIVA). Existen tres tipos de tasas de IVA en España: la tasa general del 21% y la tasa reducida del 10% y la tasa superrecudida del 4%. La tasa general se aplica a la mayoría de los bienes y servicios, mientras que la tasa reducida se aplica a ciertos bienes y servicios considerados esenciales, como la alimentación, la vivienda, la educación y la sanidad.
Aunque el IVA es una fuente importante de ingresos para el gobierno, representando aproximadamente el 20% de los ingresos fiscales. Aunque el IVA aumenta el precio de los bienes y servicios para el consumidor, el gobierno utiliza el dinero recaudado para financiar servicios públicos y programas sociales.