La evasión fiscal es el acto de no cumplir con las obligaciones tributarias de manera intencional, mediante el uso de mecanismos legales o ilegales para reducir la cantidad de impuestos que deben ser pagados. No hay que confundirlo con la elusión fiscal que si es legal, aunque persigue el mismo objetivo que es reducir el pago de impuestos.
La evasión fiscal puede darse tanto a nivel individual como empresarial y en el caso de que se realize de forma consciente y premeditada se considera fraude fiscal.
Existen diferentes formas de evasión fiscal, algunas de las más comunes son:
- Ocultar ingresos o beneficios para no declararlos y pagar menos impuestos.
- Utilizar mecanismos legales, como los paraísos fiscales, para reducir la tributación.
- Declarar menos ingresos o beneficios de los realmente obtenidos.
- Utilizar facturas falsas o deducciones indebidas.
La evasión fiscal tiene consecuencias negativas tanto para el Estado como para la sociedad en general, ya que reduce los ingresos necesarios para financiar servicios públicos y puede generar una competencia desleal entre las empresas que cumplen con sus obligaciones fiscales y las que no. Por ello, los países tienen medidas para combatir la evasión fiscal, tales como la implementación de estándares internacionales de intercambio automático de información, como el CRS (Common Reporting Standard) y la implementación de sanciones y multas para quienes sean detectados cometiendo evasión fiscal.
La elusión fiscal es el acto de reducir la carga fiscal mediante el uso de mecanismos legales, como las deducciones fiscales, los incentivos fiscales, las exenciones y las tasas impositivas reducidas. La elusión fiscal se diferencia de la evasión fiscal ya que en este caso las acciones son legales y se realizan dentro de las leyes tributarias existentes, aunque el objetivo sigue siendo el mismo, reducir la cantidad de impuestos que deben ser pagados.