La hiperinflación es una forma extrema de inflación en la cual los precios de los bienes y servicios aumentan de manera descontrolada. Se considera hiperinflación cuando la tasa de inflación supera el 50% mensual. Esto puede causar un gran daño a una economía, ya que puede reducir el poder adquisitivo de las personas, dañar el valor de las inversiones y dificultar el funcionamiento de los mercados financieros.
La hiperinflación se suele dar en situaciones donde el gobierno emite una gran cantidad de dinero sin respaldo, ya sea para financiar un gasto público excesivo o para cubrir un déficit fiscal. Esto lleva a un aumento en la oferta de dinero, lo que a su vez provoca un aumento en los precios de los bienes y servicios.
Para enfrentar la hiperinflación, los gobiernos pueden adoptar medidas como el control de los precios, la estabilización del tipo de cambio, la reducción del gasto público y la estabilización monetaria. Sin embargo, estas medidas pueden tener efectos negativos, como el aumento del desempleo y el encarecimiento de los servicios públicos.